25.09.18

El edicto González

Foto: Bosquejo Original de Speedy Gonzalez. Disney.
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Boletín de prensa.

Vilipendiado Pueblo:

Después de copiosos estudios cualitativos, sustentados en la metodología del prejuicio y subsecuente observación, y realizados por investigadores sociales de universidades públicas, que es lo más importante, llegamos a la irrefutable conclusión de que no hay suficientes González en la eufemísticamente llamada “prensa de opinión”, o, como hemos convenido en nombrarla los representantes legítimos del pueblo, comentocracia oligárquica, esa sociedad de acaudalados hombres blancos y barba señalada –en su mayoría inmigrantes o hijos de inmigrantes– en la que predominan apellidos como DuMont, Dijón-Camambert y Goldberg, y a quienes nuestro líder ha denominado oportunamente fifís.

No hay ahí ni buenas plumas ni sobrios criterios, sino una pérfida y subrepticia confabulación mediante la cual el neoliberalismo tecnocrático, fase tardía del capitalismo global –en ocasiones conocido tramposamente como liberalismo cosmopolita– ha acaparado todas las opiniones posibles e imaginables para sí, dejando sin voz a los verdaderos mexicanos: los González. Sí, mientras estos comentócratas fifís, financiados por el poder, escriben en los mejores diarios del país, la auténtica voz del pueblo, que es la que debería ser leída por ese mismo pueblo –y en eso coinciden todos los científicos sociales–, se limita a susurrar nimiedades en los confines de los blogs gratuitos y el tuírer.

La ecuación obedece a una lógica de suma cero exponencial en la que, por cada opinión de un Kuri o un Dutré, dejan de opinar 5 mil González, lo que nos parece raciclasista. Por eso, en concordancia con movimientos similares al nuestro alrededor del mundo y a la luz de la inclusión y la igualdad, creemos que debe haber más González en esa comentocracia oligárquica que tanto detestamos. Y la mejor manera de lograrlo, evocando las virtudes del efectivo manotazo colectivista, es fijando una cuota mínima –esto es, un porcentaje– de González en las columnas de los principales diarios de circulación nacional.

De la siguiente manera: habiendo la esposa del líder consultado al sol, mas sin ignorar –a ojo de buen cubero– la demografía nacional contenida en los códices de nuestro pasado glorioso, deberá apellidarse González 60% de la comentocracia oligárquica, pasando el talento de los individuos a otro plano, sin especificar por el momento a cuál. Es decir: 6 de cada 10 columnistas deberán apellidarse González por ley, bajo pena de multa, dinero que desde luego se usará para becar a alumnos de periodismo de apellido González. El 40% restante podrá ser repartido como decida el medio, siempre que haya 15% de Sánchez, 15% de López y 10% de Pérez.

Ahora bien, estando por supuesto conscientes de que hay González fifís y no-fifís (lo cual es perceptible a simple vista) deberá privilegiarse a los no-fifís. Por ejemplo, no podría escribir Claudio X. González, pero sí Speedy González. Menester, sin embargo, es señalar que puede haber excepciones, siempre que el columnista simpatice con la Cuarta y ÚLTIMA –y por lo tanto inmejorable, y consecuentemente inmarcesible– transformación, por así convenir a los deseos legítimos del pueblo bueno, quien es, a fin de cuentas –y en esto vuelven a coincidir todos los científicos sociales– el que lo leerá y suscribirá.

Pueden considerar esto prácticamente un hecho, pues, habiendo sido voluntad del pueblo, tenemos mayoría no sólo en los Congresos, sino en todo. Lo único que faltaba era la incómoda, discriminatoria y exclusivista comentocracia oligárquica. Celebremos, así, la consagración TOTAL de la voluntad popular, orgullosos de que sólo habrá comentócratas –al igual que ingenieros, arquitectos, abogados, doctores y artistas– mexicanos.

 

Atentamente,

 

Lic. Yeidki Polienska,

Jefa del Partido.

 

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