13.05.15

Conocer a tus Kandidatos

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¿Quiénes son nuestros candidatos? ¿Qué han hecho? ¿Qué proponen? ¿Por qué quieren ser diputados? ¿Qué estudiaron?… El INE no ofrece nada, ni una luz.

A un mes de las elecciones intermedias, y sin olvidar la tradicional apatía política que nos caracteriza –documentada ampliamente en diversos estudios y encuestas de cultura política, como la Encuesta Nacional de Cultura Política y Prácticas Ciudadanas, del INEGI–, el ciudadano común se debe sentir más abrumado que Josef K, el inmortal personaje de El Proceso de Kafka, si es que, por un milagro, decide averiguar quiénes son sus candidatos.

En el relato, Josef K es arrestado una mañana por una razón que desconoce. Desde ese momento se ve inmerso en un mundo legal hiperburocrático, un laberinto sin entradas ni salidas, donde la información es sombría, los muros altos, los personajes velados, las reglas opacas. Una maraña ante la cual, inevitablemente, se siente indefenso.

Recuerden que la tragedia de Iguala se pudo haber evitado si los ciudadanos hubieran sabido quién era José Luis Abarca.

Me puse los zapatos de buen ciudadano, interesado, comprometido, inquisitivo, y me di a la tarea cívica –misma que a diestra y siniestra recomiendo a todos mis conocidos, como muestra inequívoca de participación ciudadana– de averiguar quiénes son mis candidatos a diputado local, federal y delegaciones (vivo en el DF). Bueno, no sería hipérbole decir que me sentí como Josef K.

Para empezar, uno debe disponer de cuantiosos medios… materiales y espirituales. Si usted no cuenta con acceso a Internet –como es el caso, según el INEGI, de por lo menos 65 millones de mexicanos– lo que procede es hablar por teléfono al INE, donde le espera un fatigoso torrente de contestaciones automáticas, conmutadores, buzones, números y transferencias que, como el sistema penitenciario de Kafka, no ofrece respuestas. Tarde o temprano, sin importar cuán ejercitada esté la paciencia, se opta por colgar.

Si en cambio usted tiene la improbable fortuna de contar con Internet, no se crea que el camino se hace más ancho. Además de la tortuosa secuencia de interfaces digitales que con perseverancia debe seguir, también debe estar versado en el ininteligible lenguaje burocrático que distingue a los diputados y sus jurisdicciones electorales. Debe saber, por ejemplo, la diferencia entre mayoría relativa y representación proporcional, entre distrito local y federal, y términos nebulosos como circunscripción, sección y entidad.

Si a estas alturas usted no se ha perdido en el laberinto –cosa improbable–, y logró con su perseverancia llegar hasta la real, auténtica, única y oficial lista de candidatos… aún no cante victoria: se topará con la sorpresa –y usted que creía haber acabado– de que la abrumadora mayoría de candidatos no proporciona ningún tipo de semblanza. ¿Quiénes son? ¿Qué han hecho? ¿Qué proponen? ¿Por qué quieren ser diputados? ¿Qué estudiaron?… Nada, ni una luz.

Según la Estadística de Candidatos que han publicado su perfil curricular en el sistema, del INE, sólo 18% de los candidatos del PAN han informado a sus ciudadanos quiénes son. PRI, 16.8%; PRD la ya francamente risible cifra de 2.25%, o sea, sólo 9 de sus 400 candidatos; PT, 9.25%; Verde, 11.6%; MC, 12.2%; Alianza 13.2%; Morena 17.2%; Partido Humanista 5.14%; Encuentro Social 23.44%; y candidatos independientes –un aplauso– 50%.

Cuando uno entra a ver su propio distrito, se encuentra que el perfil de sus candidatos exhibe la máxima leyenda kafkiana: Sin Información, Sin información, Sin información, Sin información… etcétera… mientras uno, desesperanzado, da click hacia abajo con el mouse. Me pondré de ejemplo: de los ocho candidatos a diputado federal de mi distrito, sólo sé más o menos quiénes son dos: el de Partido Humanista y el de Encuentro Social (ambos con ínfimas probabilidades de ganar). Y cuando, como un hijo a su padre, uno acude al INE en busca de respuestas, el INE le contesta que “el número de curriculas (sic) publicadas y su contenido son responsabilidad de los actores políticos. El Instituto únicamente apoya para su difusión.” Ah… ok. Gracias.

Señoras y señores del INE y partidos políticos: estamos a un mes de las elecciones y yo, como periodista, con un arsenal de herramientas de investigación, no sé –porque no puedo saber– quiénes son mis candidatos. ¿Quieren cultura de participación? Primero que nada, lean a Kafka. Segundo, pónganse en los zapatos del ciudadano. Tercero, recuerden que la tragedia de Iguala se pudo haber evitado si los ciudadanos hubieran sabido quién era José Luis Abarca. ¿O acaso lo que no quieren es precisamente participación?

*Este artículo se publicó el 12 de mayo del 2013 en CNN: Liga