11.06.21

Freebies por votar

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¿Se están agringando nuestras elecciones?

El domingo de elecciones volví a ver un fenómeno curioso en nuestra democracia: establecimientos ofreciendo descuentos o promociones como premio por haber votado. 2 x 1 en donas de Krispy Kreme al mostrar tu pulgar marcado; mitad de precio en paquetes de Carl’s Jr.; helados gratis en Burger King; café Andatti gratis en el OXXO.

Se trata de una importación de la clásica celebración estadounidense del votante como héroe comunitario. Me recuerda a alguna escena del High School suburbano de la postguerra en una película nostálgica de David Lynch o Robert Altman. Es una vieja tradición gringa que se llama “Election Day Freebies”. Lo mismo hacen también con los deportistas, los que ganan concursos de oratoria o debate y los oficiales de cuerpos de seguridad: bomberos, policías, guardabosques, etc. Incluso los periódicos como USA Today les avisan a los votantes dónde habrá descuentos y promociones para que preparen su recorrido. El domingo, a la manera del USA Today, El Imparcial de Tijuana daba cuenta de los establecimientos que premiarían la acción cívica de votar.

Esta naciente práctica seguramente la trajeron a México las mismas empresas que lo hacen allá: dos de las que mencioné –Krispy Kreme y Burger King– ofrecieron descuentos el año pasado en las elecciones de la unión americana. No parece una ocurrencia mexicana, pero ya lo hacen empresas y hasta changarros de acá por cuenta propia. Donde vivo me lo topé en negocios que venden marquesitas, churros, hamburguesas, papas, en un par de cafeterías y hasta en cantinas.

No quiero hacer una denuncia a la Monsiváis advirtiendo que nuestras elecciones se están agringando y que terminaremos votando en Wal-Mart. Desde luego, esta práctica es una decisión corporativa de empresas compitiendo entre sí por ganarse el favor del consumidor y no quedarse al margen, lo cual para nada está mal, pero no obedece a la pureza del deseo de formar ciudadanía. Aun así, son gestos válidos, positivos y un poco cursis de reconocimiento cívico.

Nuestro agringamiento total parece imposible, sin embargo. No da en un país en el que los election day freebies conviven con las cabezas y restos humanos arrojados en una casilla, como sucedió en la propia Tijuana; con el robo y quema de urnas; con la compra del voto; y con la amenaza del crimen organizado decidiendo cómo deben votar sus vecinos. Siempre podremos confiar en que ese México insondable y bárbaro estará haciendo ofertas mucho más difíciles de rechazar.

*Este artículo se publicó el 11 de junio del 2021 en Etcétera: Liga