19.05.23

Dupla oficialista

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El candidato opositor irá contra dos.

El régimen obradorista competirá con dos candidatos en la próxima elección presidencial: el presidente y una corcholata. No veremos, como en el reciente pasado democrático, a un presidente saliente eclipsado por su candidato. Al revés, veremos a un presidente ubicuo acompañando, si no es que rebasando, a su designado.

El presidente tiene una aprobación normal para estándares históricos, pero aún bastante buena. Además, su principal talento político –acaso el único– es hacer campaña, movilizar, enardecer al electorado con demagogia. Eso ha hecho en su propia presidencia en vez de gobernar. ¿Por qué desaprovecharlo? Los presidentes salientes se ocultan cuando ya no tienen poder o cuando representan un costo negativo para su relevo. No es el caso hasta ahora con López Obrador: aún concentra todo el poder y su estrategia sucesoria está diseñada para conservarlo. De mantenerse las circunstancias actuales, su presencia compensaría las fallas de su delfín.

El régimen obradorista competirá con dos candidatos en la próxima elección presidencial.

Sea quien sea la corcholata, difícilmente le podrá robar los reflectores al presidente ni acumular su propio poder. De hecho, intentarlo puede ser interpretado como una emancipación, cosa que el presidente no puede permitir si quiere seguir gobernando por interpósita persona. Acaso por eso Ebrard –el más proclive a ello– no parece ser el favorito. Cualquiera de los otros dos –Claudia Sheinbaum o Adán Augusto– no tienen la fuerza para sustituir al presidente en campaña. Al revés, carecen precisamente de lo que al presidente le sobra: presencia, acogimiento, pulso popular. Dejados a su suerte, no serían candidatos muy atractivos ni efectivos. 

En este escenario, centrar bien las ofensivas será un desafío mayor para un eventual candidato opositor. ¿Contra quién compite? ¿Contra López Obrador, contra su corcholata, o contra ambos? ¿A quién dirigir las críticas? ¿A la dupla, o sólo a uno de los dos? A su vez, el candidato opositor recibirá ataques de ambos lados, aunque con inteligencia e imaginación podría venderse como el valiente solitario al que le hacen montón.

Todas las opciones tendrían retos. Atacar sólo a la corcholata sería fácil, pero le abre espacio al presidente para compensar, y su posición virtual en la boleta quedaría indemne. Mientras que atacar sólo al presidente, al que todo se le resbala, no parece haber dado resultado hasta ahora, además de que dejaría a su corcholata relativamente ilesa. Concentrarse en la dupla serviría para rechazar en conjunto al régimen, a lo que ambos representan, apostando por volver la elección un referéndum del obradorismo, pero eso sólo funcionaría si el electorado evalúa este sexenio negativamente y está dispuesto a ejercer un voto de castigo. Veremos, pero la contienda está declarada: el régimen irá en dupla.      

*Publicado el 19 de mayo del 2023 en Etcétera: Liga