25.05.17

La piedra de Trump

Foto: Roger Stone. Fuente desconocida (US media)
Compartir:
Tamaño de texto

Netflix estrena documental sobre Roger Stone, artífice de Trump y uno de los estrategas políticos más siniestros en la historia de Estados Unidos.

Los autores de la revolución que unió a la política con el show business operaban ya en verdaderas cloacas desde que Kennedy le ganó la elección a Nixon por ser más guapo. Uno de los herederos del Nixon resentido –y quien finalmente le ayudó a subir al trono, en 1969– es el siniestrísimo conservador Roger Stone, acaso el más sucio estratega en la historia de la política estadounidense, de quien Netflix ofrece un nuevo documental, Get Me Roger Stone, dirigido por Dylan Bank, Daniel DiMauro y Morgan Pehme.

Un tipo genial, sin duda, pero un embaucador. No existe la palabra en español; en inglés es trickster, que suena un poquito como a gangster (valga el sufijo) y un poquito como a mago. A él se le atribuyen las campañas negativas como las conocemos hoy, donde se vale difamar, meterse con la familia, exponer la vida personal y por supuesto exagerar, mentir y maquillar hasta destruir al oponente. Stone se dio cuenta de que si la política es por naturaleza mentirosa, no había mejor medio para ella que la televisión, tan breve y vacua, inhibidora del escrutinio y la verificación, alentadora de la emoción y el soundbite.

Stone coqueteaba con la idea de llevar a Trump a la presidencia desde al menos los años ochenta.

Pero Stone iba más allá. Era un estudioso. Sabía qué tipo de ficción correspondía a qué segmento demográfico. Entendía que un irlandés católico de Boston no se tragaría las mismas mentiras que un metodista de Alabama, ni un hippie californiano las mismas que un yuppie de Nueva York. Y así –servido de un meticuloso conteo distrito por distrito, un mapa sectorial del gigantesco melting pot estadounidense– diseñaba las campañas. Esto es crucial porque literalmente se adelantó a las redes sociales, las nuevas cajas de resonancia donde los usuarios voluntariamente se encierran en cotos afines a su visión particular del mundo. Naturalmente, cuando las redes aparecieron, le sirvieron a la perfección: ¿Quién cree usted que fue el principal ideólogo del hombre naranja?

Es increíble, pero según el documental, Stone –quien ya había hecho ganar a Nixon, Reagan y toda una plétora de halcones– había coqueteado con la idea de President Trump desde al menos los años ochenta. De hecho, el lema ‘Make America Great Again’ es el mismo, ni más ni menos, que el de la campaña de Reagan de 1988, diseñado, desde luego, por Stone. Y él lo confiesa abiertamente. Antaño intuía que Trump encarnaría toda una serie de anhelos y miedos populares, la sinergia perfecta de esos dos mundos –política y showbusiness– que Stone había empezado a amalgamar décadas atrás.

El otro legado de Stone es el monstruoso lobbying, o cabildeo, al que hoy es sometida la política en EU. La enmienda para quitarle restricciones a las donaciones privadas fue, en parte, idea suya, lo cual ha permitido a los multimillonarios y corporaciones manipular políticas públicas a priori, y a los grupos de presión diseñar al gobierno a su antojo. Pero el móvil de Stone para abrir ese barril sin fondo no fue, deduzco, el dinero como fin (que sin duda le gusta), sino la financiación de campañas más ubicuas y penetrantes, capaces no sólo de decidir elecciones enteras sino cambiar de rumbo al país. Y eso es poder.

Es un tipo extravagante y exhibicionista. Se viste como payaso, es fabulosamente rico, escribe libros sobre cómo Bill Clinton –pináculo del “liberalismo” gringo– es un violador serial de mujeres, tiene un tatuaje de Nixon en la espalda, mantiene amistades cercanas con la élite del poder –ese trapecio formado por el Ejército, Hollywood, Wall Street y Washington– y come costillas BBQ como Frank Underwood en House of Cards. Es la personificación de todo lo impúdico y farsante, pero a la vez espectacular y fascinante que es, como el mismo Trump, la política estadounidense: una mentira bien confeccionada.

*Este artículo se publicó el 25 de mayo del 2017 en Animal Político: Liga